Hablar de Sor Juana Inés de la Cruz es hablar de una de las mentes más brillantes de nuestra época, es hablar de una mujer que, entre los muros de un convento del siglo XVII, se atrevió a pensar, escribir y cuestionar en una época que no estaba hecha para la mujer ni para su libertad intelectual. Su legado, incluso como pionera del feminismo mexicano, sigue vigente.

Breve biografía de la Décima Musa

Nacida y registrada como Juana de Asbaje Ramírez de Santillana en San Miguel Nepantla, Estado de México, entre 1648 y 1651, desde niña mostró una curiosidad insaciable; aprendió a leer, escribir y hablar latín antes de cumplir diez años, y desde entonces no dejó de buscar conocimiento. Este profundo amor por el saber fue su principal fuente de inspiración.

Su pasión por las letras la llevó a la corte virreinal de la Nueva España, donde deslumbró con su inteligencia a teólogos, matemáticos, poetas y filósofos. Pero las normas sociales de su tiempo no dejaban mucho margen para una mujer tan brillante fuera del matrimonio o de la vida religiosa.

Dibujo de Sor Juana Inés de la Cruz

Una de las cosas que me parecen más hilarantes de mencionar es que Sor Juana eligió el convento, no por una vocación mística o por un llamado celestial, sino por la libertad, ya que éste era el único espacio donde podía estudiar, leer y escribir sin ser interrumpida; sin ser forzada a las reglas sociales y costumbres de la época, el Convento de San Jerónimo se convirtió en su refugio intelectual.

Desde ahí escribió poesía, teatro, ensayo y cartas que desafiaron los límites del pensamiento de su época. Tres siglos después, su voz sigue resonando con una fuerza que sorprende.

Las frases más célebres de Sor Juana

Sin duda, la Décima Musa es una de las escritoras más importantes de la literatura mexicana. Por eso, hoy queremos recordar algunas de las frases de Sor Juana Inés de la Cruz más icónicas, aquellas que resumen su inteligencia, su ironía y su amor por el saber.

1. “Hombres necios que acusáis, a la mujer sin razón, sin ver que sois la ocasión de lo mismo que culpáis…”

Probablemente su verso más conocido, parte del poema “Hombres necios que acusáis”, es una joya de lucidez y sarcasmo. En apenas unos versos, Sor Juana desarma los dobles estándares con los que se juzgaba (y aún se juzga) a las mujeres.

Libro Poesía Lírica de Sor Juana Inés de la Cruz

2. “Yo no estimo tesoros ni riquezas, y así, siempre me causa más contento poner riquezas en mi entendimiento que no mi entendimiento en las riquezas…”

El valor del conocimiento como una fuente de amor puro y libertad. Aquí se asoma una Sor Juana más filosófica y reflexiva, su amor por el conocimiento era absoluto. Para ella, el saber valía más que cualquier joya o posición social. En tiempos donde las mujeres estaban excluidas de la educación formal, Sor Juana reivindicó el derecho a aprender, a pensar y a tener una voz propia.

3. “Teniendo por mejor, en mis verdades, consumir vanidades de la vida que no la vida en vanidades…”

No perderse en lo superficial, así de sencillo, Sor Juana no sólo fue una mente racional, también fue una mujer espiritual y profunda, en esta frase se percibe su deseo de vivir con sentido, de preferir la verdad sobre las apariencias.

Si lo pensamos, su mensaje encaja perfecto con nuestra época, entre redes, prisas, algortimos, inmediatez y consumo, Sor Juana nos recuerda que lo importante sigue siendo lo que nutre el alma.

Portada de Antología poética de Sor Juana Inés de la Cruz

4. “Constante adoro a quien mi amor maltrata; maltrato a quien mi amor busca constante…”

Sor Juana también fue una gran poeta del amor, en sus versos amorosos hay pasión, duda, ironía y desengaño. Amaba con la misma intensidad con la que pensaba, y no temía reconocer la contradicción humana del amor.

Sus poemas amorosos no eran simples suspiros románticos, Sor Juana escribía ejercicios de autoconocimiento y reflexión donde se atrevía a explorar las emociones femeninas.

5. “Esta tarde, mi bien, cuando te hablaba, como en tu rostro y en tus acciones vía que con palabras no te persuadía, que el corazón que me vieses deseaba…”

Fragmento de “En que satisface un recelo con la retórica del llanto” aquí muestra su delicadeza emocional. En su poesía amorosa hay ternura y sutileza, pero también una honestidad brutal, Sor Juana escribía con el corazón abierto, sin miedo a exponer su vulnerabilidad.

Portada del libro Los empeños de una casa y Amor es más laberinto de Sor Juana Inés de la Cruz.

6. “Siento una grave agonía por lograr un devaneo, que empieza como deseo y para en melancolía…”

Un toque de melancolía atraviesa gran parte de su obra, en esta estrofa nuestra Décima Musa revela su lucidez ante los caprichos del deseo humano, Sor Juana comprendía el amor no como un cuento idealizado, sino como una experiencia compleja, diría Enrique Iglesias “Una experiencia religiosa” en donde placer y dolor conviven.

7. “Si al imán de tus gracias, atractivo, sirve mi pecho de obediente acero, ¿para qué me enamoras, lisonjero, si has de burlarme luego fugitivo?”

Sin duda, uno de mis fragmentos favoritos. En estos versos, Sor Juana combina la belleza del lenguaje con una lucidez emocional asombrosa. Hablar del amor con metáforas casi científicas, ver el sentimeinto como un “imán”, como un “acero”, mostrando cómo la atracción puede ser irresistible, pero también engañosa.

Un cuestionamiento directo al amor que promete y luego se retira, dejando a quien ama entre la razón y el deseo. Es una forma de decir: “Si sabes que me gustas, ¿por qué juegas con mi corazón?” Sor Juana, es una maestra en convertir una herida en pensamiento, un sentimiento en sabiduría.

El legado feminista de Sor Juana

Sor Juana no sólo escribió poesía; también defendió con firmeza su derecho a hacerlo. En su famosa “Respuesta a Sor Filotea de la Cruz”, respondió con ironía y valentía a quienes le exigían que abandonara los estudios para dedicarse a lo “divino”. Su respuesta fue una declaración de independencia intelectual.

Allí escribió uno de sus pensamientos más poderosos, que el deseo de saber no era pecado, sino una forma de acercarse a la verdad. Fue, en esencia, una pionera del feminismo antes de que la palabra existiera.

Portada del libro Neptuno alegórico Sor Juana Inés de la Cruz.

Sor Juana Inés de la Cruz no pertenece sólo a los libros de texto, a los billetes de 200 pesos, ni a las estatuas de bronce. Está presente cada vez que alguien defiende su derecho a aprender, a pensar distinto, a cuestionar la injusticia, sus versos nos invitan a mirar el mundo con curiosidad, ironía y sensibilidad.

Leerla hoy es escuchar una voz que atraviesa los siglos y sun duda tiene muchas más frases icónicas, por ello te dejo sólo mis favoritas, pero también una invitación a adentrarte en la obra de Sor Juana, te juro que no te arrepentiras. Cada libro es una ventana a su mente brillante, una invitación a perderse entre versos que todavía iluminan.