[MARK] Como tal, el término “ficción especulativa” lo mencionó por primera vez Robert A. Heinlein —uno de los tres grandes de la ciencia ficción, además de Asimov y Arthur C. Clarke— como propuesta para sustituir el término science-fiction. Sin embargo, no tuvo mayor relevancia en su momento. Años después, retornó como un género con límites borrosos, confusos y hasta contradictorios entre fanáticos, expertos y creadores de ciencia ficción. Para efectos prácticos, entendamos por ficción especulativa todos aquellos intentos —mediante la ficción— de vislumbrar problemas de la Humanidad y encontrar posibles respuestas. Es decir, que una ficción especulativa parte de una realidad actual y mira siempre hacia el futuro. La ficción especulativa convive con la ciencia ficción y atraviesa distintos subgéneros. Veamos algunos ejemplos.

La utopía en Congreso de futurología

Stanislaw Lem narra en esta novela una más de las aventuras del astronauta Ijon Tichy quien, luego de varios años de hibernación en una especie de cápsula criogenética, despierta en el año 2039 para asistir al Congreso de futurología en la República de Costarricania. Tichy se encuentra en un mundo convulso en el que la población es controlada por la “psiquímica”, disciplina que desarrolla sustancias químicas capaces de crear sensaciones, insertar conocimientos específicos o inhibir emociones.

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En Congreso de futurología, el autor polaco especula sobre los mecanismos que utilizan los estados para controlar a las masas. Al estilo de Aldous Huxley, la humanidad se mueve ahora en un mundo donde la realidad no tiene límites claros ���como la ficción especulativa— y todo parece ser una simulación al estilo Matrix.

La distopía de GRM Brainfuck

La novela de Sibylle Berg causó revuelo por su estilo agresivo y directo para criticar la enajenación y el control social mediante la tecnología. La aparente distopía ¿o acaso es una ucronía? — que nos plantea Berg se desarrolla en una Inglaterra donde no existen los servicios sociales y las empresas privadas controlan todo, incluyendo la ciber vigilancia.

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Se trata de un mundo donde el control superlativo, paradójicamente, genera un aparente descontrol en una sociedad brutal y deshumanizada. Aunque la especulación es sobre el control ejercido mediante la tecnología, aquí, la ciencia ficción es lo que menos importa. Alejada del rigor científico GRM Brainfuck no está en un futuro lejano, sino en una aparente actualidad que antes ha sido explorada en obras como Trainspotting.

Amor y otros experimentos mentales ¿ficción especulativa sin ciencia ficción?

Con tintes de ciencia ficción, en Amor y otros experimentos mentales, la también actriz Sophie Ward aborda algunos problemas filosóficos mediante la ficción. Con historias que nos recuerdan a la serie Black Mirror, la novela está fragmentada en 10 líneas argumentales aparentemente inconexas entre sí.

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La historia coquetea con la ciencia ficción y la fantasía. Hechos fuera de la realidad parecen accidentes posibles mientras una científica aplica sus conocimientos para sortear dicho problema. Una hormiga incrustada en un ojo sirve como pretexto para problematizar sobre el amor, la pérdida y otras cuestiones filosóficas.

La máquina del tiempo

La primera novela de H. G. Wells se publicó en 1895, muchos años antes de que siquiera comenzara a llamarse ciencia ficción a la ciencia ficción. Aunque La máquina del tiempo reúne elementos propios de este subgénero, como la invención de un artefacto capaz de viajar a través del tiempo con una base científica, la realidad es que a Wells —científico de formación— no le interesaba explicar meticulosamente el funcionamiento de sus inventos.

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En cambio, tenemos la premeditación del futuro lejano de la Humanidad. Al utilizar la máquina temporal, nos encontramos con que la raza humana se ha bifurcado en los eloiy los morlock, quienes pelean entre sí por el dominio total. Éstos son 4 ejemplos de libros en los que hallamos ficción especulativa (al menos en la definición que tratamos de establecer), sin embargo, existen muchas ficciones más que bien pueden clasificarse en este género que engloba no sólo literatura, sino también cine y televisión. Por supuesto, no hay un consenso en cuanto a las obras de ficción especulativa, entre las que algunos se han aventurado a clasificar obras tan dispares como Harry Potter, 2001: Odisea en el espacio o Cien años de soledad. Cuéntanos: ¿Qué obras incluirías dentro de la ficción especulativa? ¿Estás de acuerdo con que es un género independiente de la ciencia ficción? ¿Has leído alguna de estas obras? Fichas técnicas Congreso de futurologíaGRM Brainfuck; Amor y otros experimentos mentales; La máquina del tiempo